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Terribles dos

  • Photo du rédacteur: Lizeth
    Lizeth
  • 18 janv. 2021
  • 3 min de lecture

Dernière mise à jour : 21 janv. 2021

Amelia... mi niña, mis ojitos chinos y picaros que desprenden ternura e inocencia cuando están alegres, mi chiquita que causa gracia con las cosas que dice y hace que te den ganas de apachurrarla y protegerla, mi ser angelical que…..que se convierte en un monstruo en miniatura, en llanto histérico, en un “NO” rotundo, en la frustración personificada y en quebrantadora de la paciencia de su madre cuando faltando pocos minutos para ir a la guardería, ella no quiere quitarse el pijama. Y está decidida a no cambiarse de ropa.


Es entonces cuando entramos en la negociación, en juegos de convencimientos/chantajes, en explicaciones de qué se debería hacer y qué no, incluso en ruegos. Pero nada funciona. Y adivinen qué? termino cediendo y llevándole a la guardería en pijama porque Amelia no da el brazo a torcer y ya estamos con retraso. Ya se imaginarán qué vergüenza sentí cuando tuve que explicar que estaba aún con pijama porque simplemente no se dejaba cambiar de ropa.


Cuando a un niño de 2 años se le mete algo en la cabeza y ha decidido actuar de cierta manera, no importa qué tan bonito le hables o intentes hacerle comprender algo, es probable que no funcione. Se vuelven muy tercos y el sentimiento es algo así como estar hablándole a la pared.





Terribles dos”, le llaman.


Y vaya que lleva bien su nombre porque nuestros peques se vuelven terribles.


A los dos años ya no son unos bebés tiernos sino unos niños que están empezando a hablar, a decir e imponer sus deseos con palabras, ya aprendieron lo que vale un “no” y sobre todo, buscan ser autónomos. Autónomos que para su edad se traduce en decidir si quieren bañarse o no, elegir hacia donde caminar o en mi caso, elegir qué ropa quieren ponerse. Su búsqueda de autonomía es a veces muy enternecedora, como hace unos días cuando bajábamos los escalones del edificio donde vivimos y yo tendí mi mano a Amelia para bajar juntas pero ella la rechazó y me dijo que quería hacerlo sola. Pero otras veces ella impone algo que quiere hacer y no es el momento o no es lo correcto y se frustra y explota en llanto cuando no consigue lo que quiere.


Siento que esto es solo el inicio de una nueva etapa en mi maternidad y también para Amelia en su vida. Sé que se vienen momentos de berrinches, gritos y mucha incomprensión pero también sé que es una etapa donde todo esto es completamente normal.


Socorro! Qué puedo hacer?


Existe muuucha información en internet sobre recomendaciones de cómo vivir esta estapa de "terribles dos" y qué hacer cuando un niño está en pleno berrinche así que no voy a repetir eso aquí.

Pero el mejor tip que encontré y el que quiero compartir es el de... relajarse! Ay ay ay. Y me parece que es el más difícil también porque yo no soy de naturaleza relax... soy por lo general muy tranqui y "love and peace" pero puedo estresarme y ponerme nerviosa rápidamente ante ciertas situaciones. Creo que cuando sienta el berrinche llegar y la transformación de Amelia en el increíble Hulk sea inminente, tendré que recordar y repetirme cual mantra que esto es algo normal en el comportamiento de un niño a su edad.


Va a ser complicado no tomarme muchos de los cambios de humor de mi hija como algo personal pero toca ser tolerante y darle unos minutos para estar sola y se calme.


Cualquier recomendación o truco mágico de una mami o papi que ha “sobrevivido” a esta fase de sus chiquitines y ya no tan chiquitines es bienvenido.


Linda semana,


Lizeth


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