top of page

¿Cómo te llevas con tu suegra?

  • Photo du rédacteur: Lizeth
    Lizeth
  • 21 avr. 2021
  • 3 min de lecture

Estuvimos de vacaciones por dos semanas… ¡en casa de mis suegros! Ya sé que no es exactamente el lugar soñado cuando de pensar en un viaje se trata, pero lo que estaba previsto como una simple visita familiar de cinco días con la excusa de pasar las pascuas juntos, terminó prolongándose hasta alcanzar las dos semanas.


Si prolongamos fue porque nos sentimos a gusto.

Mi esposo logró encontrar el equilibrio entre el teletrabajo, deporte al aire libre y tiempo con su familia, Amelia estaba feliz en una casa grande con un inmenso jardín, con casi más juguetes que en su hogar y con sus abuelos que la consentían y eran cómplices de sus caprichos. Y por mi parte, yo he podido tener más tiempo para leer, para aprender recetas con mi suegra, para salir con Amelia a lugares distintos a los que solemos ir, para desconectarme y tener perspectiva.

La convivencia con mis suegros durante este tiempo hizo que conociera mejor a mi suegra, que redescubriera cualidades en ella que antes no había dado importancia y estoy sorprendida de cuánto he llegado a apreciarla y admirarla en estas dos semanas más que todos los años que la conozco.


Mi suegra rima con pragmatismo.

Ella tiene las ideas claras y no está dando mil vueltas a un asunto antes de decidir. Actúa y ya. Es trabajadora. Es la primera en levantarse, la última en acostarse y siempre anda de buen humor. Sabe lo que quiere y no tiene tiempo ni entiende de sentimentalismos. Le gusta cocinar y además cocina muy bien. Tiene energía...mucha.

Es exactamente lo opuesto a mí.

Yo me enredo con mis pensamientos. Alguna vez recuerdo haberme sentido ofuscada por ella cuando, no habiendo aún decidido sobre un tema banal de decoración en mi departamento hace varios años, ella ya sabía lo que se podría hacer y propuso inmediatamente ejecutar su idea haciéndome sentir, a parte de tonta, ofendida por su claridad y rapidez mental. Mientras que ella está lista para actuar, yo casi siempre estoy en la fase de planeamiento. Y si de sentimientos se trata, yo rimo con romanticismo. ¿Qué puedo hacer? represento bien a mi signo zodiacal pisciano. Me cuesta aterrizar las ideas, no sé ir directo al grano y si bien tomo decisiones, dudo mucho antes de decidir. Solamente desde el nacimiento de Amelia empiezo a llevarme mejor con la cocina.


A parte de tener personalidades tan distintas ella y yo, el idioma y la distancia nos separan. Mis suegros viven al norte de Francia, a más de 500 kilómetros de mi domicilio en Evian. No nos vemos seguido principalmente por esto. Y respecto al idioma, yo hablo el francés muy bien pero aquí les confieso que no soy completamente bilingüe y muchas veces me quedo con la duda de que si la palabra con tres vocales sucesivas que usé en mi discurso la he pronunciado correctamente o si he conjugado bien el verbo (odio el subjuntivo en francés).

Por lo general ella y yo no nos comunicamos muy seguido. De vez en cuando hay mensajes por whatsapp pero nunca nos llamamos. Además es muy discreta, nunca me hizo preguntas sobre mi relación de pareja con mi esposo por ejemplo, no se entromete nunca ni juzga nuestras decisiones.




Durante esas dos semanas pasadas en su casa, mi suegra y yo logramos formar un duo dinámico. Mientras mi esposo estaba encerrado en una habitación trabajando y saltando de reunión en reunión por Zoom, ella y yo nos turnábamos entre quién da un baño a Amelia, quien cocina, quien vigila a Amelia mientras la otra va a prepararse, etc. Nos hemos complementado y apoyado. Logré verla más que una suegra o solo la madre de mi esposo, la vi como una amiga, la vi ejerciendo su rol de abuela. Siento que he conocido más a la mujer y ser humano que ella es por dentro, que comprendo mejor por qué es como es, que la respeto más.


Ya estamos de regreso a Evian, a nuestro departamento, a nuestras rutinas y me encuentro pensándola con cariño e imaginándome lo que puede estar haciendo en este momento porque ya me conozco sus horarios.

La mañana que nos despedimos nos abrazamos y mientras yo subía al carro y cerraba la puerta logré ver unas lágrimas en su rostro mientras nos despedía con la mano. Me hizo llorar también. Nos seguirá separando la distancia, los malentendidos causados por el idioma y cultura y nuestras personalidades tan opuestas pero creo que por fin logramos establecer una conexión muy bonita a través de Amelia. Ahora sé que podemos comunicarnos también en el idioma de la maternidad.

Comentarios


Post: Blog2_Post

©2020 Créé avec Wix.com

  • Instagram
bottom of page